El aceite de oliva es un producto de calidad extraído de la aceituna. La recolección del fruto y consiguiente elaboración por prensado en frío o bajas temperaturas se efectúa en una temporada concreta del año que varía según las zonas agrícolas. La comercialización y consumo, sin embargo, se dilata a lo largo de todo el año. Por esta razón resulta tan importante el proceso de almacenamiento y conservación de este preciado líquido. Se trata de una fase muy delicada a la que habrá que prestar suma atención y de la cual dependerá que el aceite llegue al consumidor sin haber perdido sus propiedades y sin haberse deteriorado.
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Por resistencia y protección, di sí a los depósitos de poliéster para el aceite de oliva
Su consumo se efectúa durante todo el año, pero el aceite de oliva se produce en unas fechas determinadas. Por tanto, una vez elaborado, se debe almacenar el popularmente conocido como “oro líquido” de forma adecuada. Frente a los sistemas más tradicionales, en esta fase los cooperativistas del sector pueden confiar en los depósitos de poliéster.